Las posibilidades para la planificación sucesoria de las compañías son amplias gracias al ordenamiento tradicional de la Comunidad.
Contrariamente a lo que podría pensarse, el derecho foral aragonés, una regulación histórica, ha resistido aceptablemente el paso del tiempo y puede resultar muy útil en la planificación empresarial. No en vano, gran parte del sentido de su regulación se basa en el concepto tradicional de casa, entendida no como edificio sino como explotación económica en su conjunto, en origen agrícola o ganadera. El derecho foral es principalmente derecho civil, de las personas, pero ello no impide que pueda aplicarse también a las acciones o participaciones de sociedades mercantiles.
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